jueves, 15 de abril de 2021

Déjà vu

El día de la marmota.

Supongo que la mayoría de los que leéis estos artículos estáis familiarizados con la obra o con las ideas de Noam Chomsky respecto a la propaganda. No importa qué es lo que ocurra en la realidad, los auténticos poderes mundiales siempre acaban imponiendo su visión gracias a su extraordinario aparato de propaganda. Así, Sadam Hussein puede pasar en pocos meses de ser nuestro amigo más fiel en una zona comprometida, a encarnar la quintaesencia del mal.

Acabamos de asistir a la campaña de los poderes económicos, políticos y sociales de la derecha española, incluyendo a la jerarquía de la iglesia católica contra la ley Celaá. Ataca al castellano, a la religión, a la enseñanza privada y a la educación especial, dicen. No importa que estas acusaciones no se sostengan. La cuestión es que han calado entre sus seguidores que repiten como papagayos esos eslóganes.

Pues bien, ahora es el turno del aparato de propaganda del PSOE y sus aliados económicos y mediáticos. Pese a que estos aliados son menos poderosos que los de la derecha, inasequibles al desaliento, hacen lo que pueden con gran entusiasmo. A base de repetir una y otra vez lo mismo, pretenden conseguir que creamos que, hasta el advenimiento de Celaá, todo era pura memoria en la enseñanza.

La nueva ley de educación corrige, dicen, el carácter memorístico y enciclopédico de la ley anterior. Nadie en la izquierda es favorable al aprendizaje memorístico, así que la propaganda triunfa. La ley Wert (la LOMCE) fomentaba ese tipo de aprendizaje anticuado y la nueva ley viene a corregir este error introduciendo un aprendizaje significativo y basado en las competencias.

Es decir, lo mismo que dijeron los promotores de la LOGSE en 1990, los de la fallida LOCE en 2002, la LOE en 2006 y la semifallida LOMCE en 2013. Y lo mismo que dicen a diario presuntos conocedores de la enseñanza en la prensa desde 1975. Cada uno de estos pedagogos, o lo que sean, debe pensar que, hasta que llegó él, nadie había denunciado el aprendizaje memorístico. Sería cómico sino fuera patético.

Ya he hablado varias veces de la confusión argumental acerca de la memoria. Una cosa es que un método de estudio sea memorístico o no, y otra cosa es que para aprender hay que fijar en la memoria. Ahora vamos a ver si es cierto que la ley Wert fuera memorística y enciclopédica. 

Se puede criticar esa ley por aumentar la importancia de la asignatura de religión, por permitir conciertos con centros privados que segregan por sexos, por exigir una minuciosidad al profesorado en sus programaciones didácticas desesperante, pero no por fomentar un aprendizaje memorístico o enciclopédico. De hecho, la ley Wert se basa en las mismas recomendaciones pedagógicas que la anterior LOE y que la posterior LOMLOE, las recomendaciones de la UNESCO, de la OCDE y de la UE: el aprendizaje basado en competencias. 

Diario El País,23 de marzo de 2021:

"El Gobierno planea un vuelco para que el aprendizaje en la escuela sea menos memorístico"

...

"Los dos primeros documentos de ese cambio, a los que ha tenido acceso EL PAÍS, suponen la sustitución del sistema enciclopédico, consistente en largos listados de hechos y conceptos, que los alumnos debían poder repetir, implantado tras la ley Wert, por otro en el que los alumnos aprendan a aplicar los conocimientos, lo que se conoce por modelo competencial, que es el defendido por instituciones internacionales como la UE y la OCDE y el que han implantado en los últimos años Portugal, Finlandia, Quebec, Gales y Escocia."

Titular de El Economista.es el 24 de marzo:

"El gobierno deja a un lado el aprendizaje memorístico de la ley Wert"

Esto es falso e injusto. De hecho, la ley Wert introduce el aprendizaje por competencias de modo mucho más completo, sólido y consistente que la anterior LOE. Y ello no por mérito del PP sino porque, sencillamente, ese modelo estaba mucho mejor definido en 2013 que en 2006.

Podéis leer la introducción de la LOMCE, pero he aquí algunos párrafos:

"Las habilidades cognitivas, siendo imprescindibles, no son suficientes; es necesario adquirir desde edades tempranas competencias transversales, como el pensamiento crítico, la gestión de la diversidad, la creatividad o la capacidad de comunicar, y actitudes clave como la confianza individual, el entusiasmo, la constancia y la aceptación del cambio. La educación inicial es cada vez más determinante por cuanto hoy en día el proceso de aprendizaje no se termina en el sistema educativo, sino que se proyecta a lo largo de toda la vida de la persona."

"La principal amenaza a la que en sostenibilidad se enfrentan las sociedades desarrolladas es la fractura del conocimiento, esto es, la fractura entre los que disponen de los conocimientos, competencias y habilidades para aprender y hacer, y hacer aprendiendo, y los que quedan excluidos."

"Las pruebas serán homologables a las que se realizan en el ámbito internacional y, en especial, a las de la OCDE y se centran en el nivel de adquisición de las competencias."

Pero es que, además, el desarrollo de la ley Wert incluía toda una Orden ECD/65/2015, de 21 de enero, por la que se describen las relaciones entre las competencias, los contenidos y los criterios de evaluación de la Educación Primaria, la Educación Secundaria Obligatoria y el Bachillerato. No había nada parecido en el desarrollo de la LOE. Esta orden dice en su preámbulo:

"La Recomendación 2006/962/EC, del Parlamento Europeo y del Consejo, de 18 de diciembre de 2006, sobre las competencias clave para el aprendizaje permanente, insta a los Estados miembros a desarrollar la oferta de competencias clave."

Sencillamente, cuando se promulgó la LOE, mayo de 2006, esta recomendación no existía. Aquí tenéis un enlace a esa orden. Podéis leer especialmente los artículos 4 y 5.

Claro que podría ser que estas leyes promovieran el aprendizaje de competencias en sus preámbulos y que luego se olvidaran de ellas en sus articulados, pero eso no pasaba. Para no eternizarme, veamos, por ejemplo, cómo se presentan algunos contenidos de Física y Química en el currículo propuesto por el ministerio entonces.

Las leyes de los gases forman parte de los contenidos de 3º de la ESO desde la LOE. En el desarrollo de la LOMCE, se presentan los contenidos agrupados por bloques. Para los contenidos se definen diversos criterios de evaluación, y para cada criterio de evaluación, uno o más "estándares de aprendizaje evaluables", que concretan lo que los alumnos deben saber o deben saber hacer. Bien, uno de los estándares relacionados con las leyes de los gases es el siguiente:

"[El alumnado] Interpreta gráficas, tablas de resultados y experiencias que relacionan la presión, el volumen y la temperatura de un gas utilizando el modelo cinético-molecular y las leyes de los gases."

Que, obviamente, obliga a una metodología activa y no memorística. Y el ejemplo es perfectamente representativo.

Lo que nos traía de cabeza a los profesores era lo minucioso o exhaustivo de esos estándares. Además del antipático nombre, para cada estándar, a continuación teníamos que definir uno o varios indicadores de logro, con sus correspondientes criterios de calificación, por no mencionar que, previamente, deberíamos haber definido los instrumentos de evaluación. Un auténtico horror.

Pero la propaganda socialista tiene más eslóganes. Ahora se va a diferenciar entre enseñanza básica y la que no es básica. Yo voto a favor. Pero es que la ley Wert ya lo hacía. Diferenciaba entre materias troncales y materias específicas. El intento era loable pero, como siempre, topó con los intereses corporativos de los profesores de las asignaturas consideradas no troncales. Probablemente ese profesorado está a favor del aprendizaje no memorístico, pero ¡que no le toquen las troncalidades! Yo estoy convencido de que se pueden enseñar las leyes de los gases de forma significativa, pero también estoy dispuesto a admitir que no es un aprendizaje básico imprescindible para el desarrollo integral del individuo.

El último eslogan del PSOE es que, a diferencia de lo que hacía la ley anterior, ahora van a permitir a los centros que completen el currículo, reforzando su autonomía. Baste transcribir el artículo 6 bis, apartado d, que la LOMCE introdujo en la LOE:

d) Dentro de la regulación y límites establecidos por las Administraciones educativas de acuerdo con los apartados anteriores, y en función de la programación de la oferta educativa que establezca cada Administración educativa, los centros docentes podrán: 

1.º Complementar los contenidos de los bloques de asignaturas troncales, específicas y de libre configuración autonómica y configurar su oferta formativa. 

2.º Diseñar e implantar métodos pedagógicos y didácticos propios. 

3.º Determinar la carga horaria correspondiente a las diferentes asignaturas.

Os aseguro que es mucha más autonomía que la que los centros desean. Y si has tenido la oportunidad de trabajar en un centro gobernado por un director, o directora, de perfil Anacleto, lo de métodos pedagógicos y didácticos propios, te parecerá un chiste.

Puede que Celaá esté a punto de descubrir el aprendizaje por proyectos o el flipped classroom o las mesas de la clase en forma de U. 

Lo mínimo que se podría pedir tanto a la izquierda como a la derecha es que no nos tomen por tontos.

(PD: en abril los datos de uso de mascarilla vuelven a parecerse a los anteriores a febrero. 86 % de mascarillas bien colocadas. Las bufandas y las narices fuera gozan de extraordinaria salud. O sea, los brotes verdes fueron un espejismo.)